Un sistema fiscal moderno, justo y transparente puede ser un poderoso impulsor del crecimiento económico y la cohesión social. Sin embargo, en Portugal, la alta complejidad y los constantes cambios legislativos están frenando este potencial.
🔍 Problemas principales
- Complejidad e inseguridad jurídica
- La infraestructura fiscal está llena de códigos, excepciones y regímenes especiales, lo que resulta en un ambiente confuso para contribuyentes, contadores y empresas.
- Los frecuentes cambios legislativos, a menudo sin evaluación de impacto o diálogo con los afectados, intensifican la incertidumbre.
- Burocracia pesada
- Las pequeñas y medianas empresas (PYMES), principales motores de la economía, enfrentan pasos administrativos costosos que desvían recursos de la innovación, expansión o contratación.
- Los contadores terminan enfocados en cumplir obligaciones en lugar de generar valor estratégico para los clientes.
- Desincentivos a la inversión
- La confusión e incertidumbre fiscal alejan a los inversores —nacionales y extranjeros—, reduciendo la posibilidad de crecimiento económico y empleo.
- Socialmente, la percepción de injusticia socava la confianza en las instituciones.
✅ Reforma necesaria: hacia un sistema más eficiente
Para que la fiscalidad portuguesa se convierta en un catalizador de desarrollo, son urgentes los cambios estructurales:
- Simplificación y claridad
- Reducir la red de regímenes especiales y obligaciones accesorias. Adoptar un lenguaje legislativo claro y más transparente.
- Diálogo institucionalizado
- Crear canales regulares de consulta entre el Gobierno, la Autoridad Tributaria (AT), contadores y empresas, garantizando tiempo de adaptación a las nuevas reglas.
- Educación y alfabetización fiscal
- Invertir en programas de alfabetización fiscal desde temprano, para que los ciudadanos comprendan el papel social de los impuestos y se sientan parte del sistema.
- Reforma estructural, no remiendos
- En lugar de ajustes puntuales, avanzar con una reforma profunda que se base en la racionalización fiscal, modernización digital y reducción de la burocracia.
🎯 Oportunidades a aprovechar
- Mayor competitividad: Un sistema más simple atrae inversión, impulsando la economía y creando empleos.
- Mayor confianza pública: Cuando los contribuyentes perciben justicia y claridad, crece la confianza en el Estado.
- Relación Estado–Ciudadano más equilibrada: Menos fiscalización intrusiva, más proximidad y cooperación.
📣 Conclusión
El sistema fiscal puede y debe ser una herramienta de desarrollo, pero solo si es eficiente, transparente e inclusivo. La complejidad actual limita el potencial económico y social del país. Una reforma estructural, basada en la simplificación, el diálogo y la educación fiscal, es esencial para transformar los impuestos en una palanca de crecimiento.
En FA Accounting, acompañamos las transformaciones fiscales y apoyamos a las empresas en la adaptación a nuevos regímenes. Si desea comprender mejor estas propuestas o preparar su organización para desafíos futuros, hable con nosotros.
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